en Mesopotamia
(Jorge Mª
Ribero-Meneses)
La primera palabra conocida, grabada sobre piedra en
tiene 38.500 años de antigüedad
El dios Jano
Pocas veces se habrá descrito de manera más
clara y sencilla que como lo hace Cejador, en dónde radica la clave de todos
los grandes descubrimientos intelectuales efectuados por
La piedra gnóstica de Astorga |
monumento iconográfico, prácticamente desconocido,
que va a aportarnos la más colosal de las corroboraciones en relación con la
exactitud y el rigor del contenido completo de este extenso escrito dedicado a
la primera palabra descubierta en el mundo hasta la fecha. Porque la estela en cuestión nos muestra una
suerte de templo en miniatura,
rematado por dos círculos (el Sol y
¿Quién es ese Iao al que como a Cristo o a Buda se identifica con una mano? Pues el mismo al que los Latinos
adoraron como Iovi o Iupiter o los Hebreos como Iabe o
Yeobá...
Variantes, en suma, en torno al nombre de Iabo, Yano, Yao o Jano...
Sea cual sea la antigüedad de la estela de Astorga, vemos con verdadera
estupefacción cómo aparece reproducido un
triángulo en ella y cómo, además, esa suerte de templete o capillita
aparece consagrado a IAO. ¡Nada más y nada menos! A la
misma divinidad, denominada en este caso IA, a la que ya se dedica -¡hace 40.000 años!- el amuleto
triangular de El Castillo. Coincide,
pues, el triángulo, lo que podría
atribuirse a la casualidad. Pero lo que ya no puede achacarse a la casualidad, porque sería de necios, es
el hecho de que, además, vayamos a
encontrarnos con el nombre de una divinidad denominada IAO. Léase, Yano o
Yabo.
Y puesto que hablamos de templos y
del dios Jano, ningún momento mejor que éste para sacar a colación a
Juan Antonio de Estrada, cuando en su Población
General de España testimonia lo que sigue:
Guillermo
de Choul, en el libro de Religión Romana, capítulo XII, afirma que el primer templo que se edificó en el
mundo fue el de Jano.
Un dios que los antiguos Romanos admitían
como originario de España:
Hubo
otro Jano llegado de España, que
fundó en Italia una ciudad llamada Janículo (Antoine du Verdier, en 1589). Noé Jano
tuvo templos en España, con sacerdotes y ministros que reverenciaban su memoria
(Florián de Ocampo, también en el siglo XVI).
¿De qué parte de España procedía el dios Jano?
Obviamente, de aquella en la que su memoria perdura por doquier, como
denominación de determinados montes especialmente emblemáticos y
estratégicamente situados: Kantabria. Leamos a un autor
portugués del siglo XVII, Pedro de Texeira...
Fig. 17 - |
Fig. 18 - Distribución
Megalitos en el Mundo Antiguo |
Ya sabemos quién fue Iao = Iano. Ya hemos
documentado su relevante presencia en España
y, sobremanera, en Kantabria. Hablemos ahora de esa mano de la estela de Astorga en
la que aparece grabado el nombre de Iao. Porque no son sólo este nombre
y la figura del triángulo las que
vinculan a la estela de Astorga con
el amuleto de Puente Biesgo. En
absoluto. ¿O es que vamos a olvidarnos
de que en las cuevas del Monte Castillo
se reúne el que tal vez sea el más monumental de los paneles de pintura
rupestre en los que aparecen plasmadas manos humanas idénticas a la del relieve
de Astorga?
Fig. 19 – Distribución sangre
Grupo 0 en Europa |
Como veremos más adelante, las manos
extendidas significaban libertad. Por eso los primeros
pobladores de Iberia, los Eskitas, llenaron de manos todas sus
cuevas. Porque ése era su timbre o su
sello. Y de ahí que denominasen esku
a las manos y a la libertad. De ahí escribir. De ahí que Iberia
y liberal
difieran en una sola letra.
La mano
extendida fue el emblema
predilecto de los antiguos pobladores del Norte
de España, prodigado en todas y cada una de las cuevas en las que plasmaron
sus prodigiosas pinturas. Aunque, ¿por qué las manos? ¿Por qué los primeros
seres humanos eligieron precisamente las manos como emblema de su independencia?
¿Por qué para los primitivos Kántabros
la palma de la mano extendida llegó a simbolizar la libertad e independencia
de la que siempre se supieron privilegiados poseedores y que, hasta su parcial
sometimiento a las legiones de Roma, valoraron como el más precioso de todos
sus patrimonios?
La respuesta a esta pregunta ha de estar
necesariamente relacionada, por ejemplo, con el hecho de que unos simios como
los babuinos extiendan una de sus manos para manifestar su rendición y sumisión
a sus rivales... O con la evidencia que nos ofrece el que entre los mamíferos
sean varias las especies que levantan una pata para exteriorizar su
sometimiento respecto a otro animal de su propia especie... O con el hecho de
que los pueblos occidentales utilicen el apretón de manos como saludo y muestra
de cordialidad, amén de aplaudir con ambas manos para expresar su satisfacción
o demostrar su aprobación respecto a algo... O con el hecho de que los pueblos Bosquimanes pongan la palma de la mano
sobre el pecho del desconocido o recién llegado, como manifestación de amistad
y de concordia... O con la reveladora presencia de manos pintadas en los umbrales de las casas de los antiguos Bereberes,
descendientes de la antigua Iberia o Barbariska
del Norte de España... O con la tradición, vigente hasta ayer mismo entre las
gentes de Cantabria, de posar la mano derecha sobre los hitos de sus
propiedades, como expresión de su dominio sobre ellas. Siendo fácil deducir que
ese gesto tuviera su paralelo en otros semejantes efectuados respecto a otra
suerte de bienes... y de personas.