¿Nos hicieron inteligentes los neandertales? Posible
cruce entre neandertales y humanos
Investigadores del
Howard Hughes Medical Institute y de University of Chicago han realizado una
investigación del linaje humano basado exclusivamente en ADN contenido en
personas vivas actuales (no han empleado secuencias fósiles encontradas en
restos de neandertales)
Han publicado un
artículo en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences,
06-11-2006 edición electrónica) donde, entre otras conclusiones, afirman que
pudo haber un cruce entre neandertales y hombres modernos, que quizás haya
ocurrido una sola vez, hace 37.000 años aproximadamente, pero que introdujo en
nuestro linaje una variante de un gen que pudo mejorar nuestras habilidades
cognitivas. No obstante, dicen que no hay que tomar estos resultados como una
prueba definitiva de que el hombre de Neandertal fue la fuente original de
estos genes, pero que es el mejor candidato, pues no conocemos de la existencia
de otro homo que conviviera con el sapiens por esa época.
Esta posibilidad
contradice la teoría dominante hasta ahora establecida, según la cual no hubo
tal cruce.
“Encontrar evidencias de
esta mezcla es algo absolutamente sorprendente, pero nuestro estudio demuestra
la posibilidad de que el entrecruzamiento contribuyera con variantes ventajosas
al conjunto de los genes humanos, las cuales se transmitieron posteriormente”,
dijo Bruce Lahn, investigador del Instituto Médico
de
El equipo del investigador Bruce Lahn,
de
Este gen microcephalin parece
haber entrado en el linaje humano hace aproximadamente 1,1 millones de años. Una
variante del dicho gen aparecida hace 37.000 años tuvo tanto éxito que ella y
su vecindad cromosómica (el haplotipo D) aparece ahora en el 75% de la
población mundial (y no en el 1%-2% que le correspondería por azar).
“El gen microcephalin
(MCPH1) regula el tamaño del cerebro durante la fase de desarrollo y ha
experimentado una selección positiva en el linaje que condujo al Homo sapiens”,
escriben los investigadores.
Los investigadores
alcanzaron sus conclusiones tras efectuar un análisis estadístico de la
secuencia del ADN del gen microcephalin, del que se sabe que juega un papel
importante en la regulación del tamaño del cerebro en los humanos. Las
mutaciones en este gen causan el desarrollo de un cerebro mucho más pequeño,
condición conocida como microcefalia.
Se dieron cuenta de que
este haplotipo D es muy común en Europa, donde los Neandertales vivieron, y más
raro en África, donde no existieron. Lahn comentó que no está muy claro la clase de ventaja que el haplotipo D dio al cerebro
humano.
Lahn ha reparado en que el haplotipo D
tiene una estructura muy extraña. Por un lado, todos los haplotipos D son casi
idénticos en las personas que los llevan, como cabe esperar por su reciente
propagación.
Pero si uno lo compara
con cualquiera de los otros 85 haplotipos existentes en la población actual, la
diferencia es tan enorme que el haplotipo D parece pertenecer a una especie distinta:
un homínido que llevaba separado de nuestro linaje un millón de años. Pero que
se cruzó con él al menos una vez hace 37.000. El único que cuadra con esos
datos es el neandertal, y eso es lo que proponen Lahn y su equipo en su último
trabajo (PNAS, edición electrónica).
“Tal vez los haplotipos
D ni siquiera cambiaron el tamaño del cerebro; tal vez solo hicieron que el
cerebro fuese un poquito más eficiente, si es que de verdad afectaron a las
funciones cerebrales”, comentó Lahn.
Los resultados de Lahn
recuerdan, en otra escala temporal, a los que obtuvo en mayo pasado un equipo
de
"Sí", responde Lahn, "lo
que hemos encontrado puede verse realmente como un plano de detalle
temporal del trabajo de David Reich sobre humanos y chimpancés. Tal vez la
hibridación entre distintas especies haya sido más la norma que la excepción
durante la evolución de los homínidos".
Ahora su equipo está
buscando evidencias de origen Neanderthal en otros genes humanos.
SINOPSIS DEL DOCUMENTO ORIGINAL, EN INGLES
( human
evolution | introgression | admixture )
Patrick D. Evans *
*Howard
Hughes Medical Institute, Departments of
Edited
by Henry C. Harpending,
At
the center of the debate on the emergence of modern humans and their
spread throughout the globe is the question of whether archaic Homo
lineages contributed to the modern human gene pool, and more
importantly, whether such contributions impacted the evolutionary
adaptation of our species. A major obstacle to answering this
question is that low levels of admixture with archaic lineages are
not expected to leave extensive traces in the modern human gene pool
because of genetic drift. Loci that have undergone strong positive
selection, however, offer a unique opportunity to identify low-level
admixture with archaic lineages, provided that the introgressed
archaic allele has risen to high frequency under positive selection.
The gene microcephalin (MCPH1) regulates brain size
during development and has experienced positive selection in the
lineage leading to Homo sapiens. Within modern humans, a
group of closely related haplotypes at this locus, known as
haplogroup D, rose from a single copy
Author
contributions: B.T.L. designed research; P.D.E., N.M.-B., and B.T.L. performed
research; E.J.V. and R.R.H. contributed new reagents/analytic tools; P.D.E.,
N.M.-B., E.J.V., R.R.H., and B.T.L. analyzed data; and N.M.-B. and B.T.L. wrote the paper.
The
authors declare no conflict of interest.
Freely available online through the PNAS open access option.
Otras fuentes noticia:
Agencia Reuters (
Agencia CNN
Diario El Pais
Neofronteras.com