Cazadores de bisontes habitaron
Guipúzcoa hace 30.000 años (Agencia EFE)
Hace más de 30.000 años un grupo de cromañones se instaló en el paraje de Landarbaso (Guipúzcoa) en el que, gracias a la caza del bisonte, sobrevivió a pesar del frío extremo.
Índice:
3. Hallazgos recientes. (Ag. EFE)
El enclave de Landarbaso
tiene forma aproximadamente triangular (
Pertenece
al término municipal de San Sebastián, ocupando su vértice más suroriental, y limitando con los municipios de Rentería y Astigarraga.
Mencionar
la existencia al este de Landarbaso de varias cuevas
que conforman el yacimiento arqueológico de Aizbitarte
(cuevas de Landarbaso, Aitzbitarte o Kukuzulo). Las mismas se denominan comunmente
"cuevas de Landarbaso", pero se situan claramente dentro de la jurisdicción de Rentería
Además del interés paleontológico e histórico
que tienen las cuevas, existen numerosos ejemplares de fauna cavernícola.
Especies como murciélagos (Myotis myotis,
Rhinolophus euriale, Rhinopophus ferrumequinum),
ciempiés (Lithobius tricuspis
multidens) o incluso una especie endémica de
escarabajo que se ha encontrado únicamente en esta zona (Ceuthosphodrus
vasconicus).
Dentro
del enclave se encuentra la estación megalítica de Igoin-Akola, formada por siete dólmenes denominados Landarbaso I/VII (el Landarbaso
VII fue destruido en 1988).
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Artikutza, Fotografia:
Enekoitz Agirre |
Los estudios realizados hasta el momento han permitido
constatar que hace unos 30.000 años, en plena glaciación Würm (último período glaciar
conocido, que transcurre aproximadamente entre el 100.000 y el 10.000 B.P), el casquete glaciar invadía
buena parte de Europa, y las bajas temperaturas reinantes reducían el volumen
de las aguas continentales aportadas a la masa oceánica, hasta el punto de que
la línea de costa se encontraba a varios kilómetros mar adentro de la actual
(se calcula que de unos
En el caso de la costa cantábrica los estudios realizados
hasta el momento sobre la evolución de la línea de costa no permiten todavía un
conocimiento muy preciso de las modificaciones operadas. La tendencia a la
elevación del nivel del mar ha sido evidenciada pero no parece que se pueda
caracterizar como un ascenso continuado, ya que se han constatado oscilaciones
de mayor o menor amplitud (CEARRETA, EDESO, UGARTE 1992, p. 87-90).
Respecto
al ambiente en dicha época, contamos por ejemplo con los yacimientos de las
cuevas de Isturitz y Amalda,
cuyos diagramas polínicos para este período han sido interpretados como
indicadores de un paisaje de estepa, propio de un ambiente frío y seco que se
suaviza en el paleolítico superior medio, es decir, hace unos 18.000 años
(ISTURIZ, SANCHEZ 1990, p. 280).
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Zumbadora
(rombo, bramadera, "bull roarer",
churinga, "tavoletta
vibrante”) Roche,
Lalinde (Dordoña). |
Las excavaciones efectuadas hasta el momento
demuestran la existencia de presencia humana hace 27.000 años, durante la cultura del Perigordiense
(Paleolítico superior). Los restos más antiguos han sido localizados en las cuevas de Aitzbitarte,
donde se descubrió el primer yacimiento paleolítico conocido en el País Vasco,
conservado en
La gama de útiles es muy amplia y
representativa de los distintos períodos que conforman el Paleolítico Superior:
las raederas, denticulados, raspadores, buriles y puntas foliáceas son algunos
de los más frecuentes y representativos, apareciendo con sus diversas variantes
correspondientes a los distintos momentos de ocupación de estas cuevas. (ALTUNA
ET ALII 1995, ficha nº 596).
A través de los restos faunísticos
recuperados en las cuevas de Aitzbitarte III y IV
podemos caracterizar grosso modo la dieta alimenticia de sus pobladores en lo
que respecta a su componente de origen animal. Así, en todos los niveles de Aitzbitarte IV las especies mejor representadas entre los
mamíferos ungulados son el ciervo y el sarrio; pero también aparecen en una
proporción mucho menor los grandes bóvidos, la cabra montés, el corzo y el
caballo (ALTUNA 1972, p. 161). En cambio, en Aitzbitarte
III, según las informaciones publicadas hasta el momento por J. Altuna,
director de la excavación todavía en curso, predominan los grandes bóvidos,
bisonte y uro, siguiéndoles el ciervo y el sarrio
(ARKEOIKUSKA 92, p. 187; ARKEOIKUSKA 96, p. 132).
Cazadores de
bisontes habitaron Guipúzcoa hace 30.000 años
Agencia EFE
Hace más de 30.000 años un grupo de cromañones se instaló en el paraje de Landarbaso (Guipúzcoa) en el que, gracias a la caza del bisonte, sobrevivió a pesar del frío extremo.
Un equipo pluridisciplinar de
expertos, dirigido por el arqueólogo de
Gracias a estas pequeñas pistas, un grupo de expertos
internacionales de las universidades de Upsala
(Suecia), Aachen (Alemania), Autónoma de Madrid, UPV,
el Museo Arqueológico de Vitoria y Aranzadi han confirmado que este grupo de
cazadores se enfrentó a un clima muy duro en el que los humanos convivieron con
renos, zorros árticos y liebres nivales.
El fuego, como demuestran los numerosos hogares
localizados en el interior de Aitzbitarte III, y
seguramente las pieles de osos y bisontes fueron los principales aliados de
este pequeño grupo de cazadores -no más de treinta individuos agrupados en unas
pocas familias- para combatir las gélidas temperaturas reinantes.
La abundante presencia de huesos de bisontes en la cueva
hace pensar a los investigadores que los cromañones
de Landarbaso se especializaron en la caza de este
rumiante, algo poco habitual ya que en otros yacimientos cantábricos del
Paleolítico Superior las presas preferidas eran el ciervo y la cabra montesa, aunque tampoco desdeñaban los rebecos.
Los expertos creen que estos cazadores capturaban a los
bisontes con trampas hacia las que empujaban a los animales asustándolos
mediante gritos y el fuego, posteriormente los desollaban, descuartizaban y
deshuesaban en el mismo lugar y tan sólo transportaban a la cueva la carne y
las extremidades de las reses.
El hallazgo de numerosas herramientas de sílex también ha
permitido rastrear la procedencia de este mineral que, al parecer, es
originario de Aquitania, algo que lleva a pensar a
los investigadores que algunos de los cromañones de Landarbaso llegaban hasta esta región francesa o
practicaban el trueque con individuos que habían estado allí.
Además de utensilios de piedra, también se han localizado
otros de hueso, como azagayas y arpones, y una herramienta muy significativa:
un pequeño 'buril de Noailles' con el que se
practicaban agujeros en las pieles para luego coserlas.
Este objeto tiene una gran importancia ya que permite
datar el yacimiento en el Paleolítico Superior. Se trata de una pieza de las
que los arqueólogos denominan 'guía' porque apareció en este momento concreto
de la prehistoria y dejó de fabricarse poco después.
El yacimiento de Aitzbitarte no
es rico en restos humanos, aunque sí se han localizado algunas piezas de la
dentición de leche de uno o de varios niños que seguramente correteaban por la
cueva, por lo que no se descarta que en un futuro puedan encontrarse otros
huesos en las partes de la gruta que aún no han sido excavadas.
Todos estos datos, una vez elaborados, permitirán al
equipo de Jesús Altuna realizar un completo estudio sobre la habitación humana
del valle de Landarbaso en la prehistoria
relacionando los hallazgos de Aitzbitarte III con los
de otras cuevas de este paraje, información que el arqueólogo recogerá
finalmente en una publicación.
Agencia EFE.
LOS ENCLAVES DE SAN SEBASTIÁN. Juan
Antonio SAEZ GARCIA.
EL BAJO
URUMEA EN EPOCA PREHISTORICA Y ANTIGUA. María Teresa IZQUIERDO.
Las
Cuevas de Aitzbitarte. Historia de las
investigaciones.
Jesús Altuna Etxabe
GUÍA de espacios de interés lúdico-naturalístico de Guipúzcoa. Dirección, Javier Gómez Piñeiro,
Juan Antonio Sáez García ; autores: Javier Gómez Piñeiro, Juan Antonio Sáez García, Carmen Segurola Lázaro, Ana Sola Bueno, Lorena Eguizábal,
Pedro Lozano, Arantza Martínez, Iñaki Altuna. - San Sebastián : Instituto Geográfico Vasco, 2000. - 222 p. : il ;
Nueva
estación prehistórica en Guipúzcoa - Los dólmenes de Landarbaso,
Anuario de Eusko Folklore Vitoria 1928, VIII, 155. 1
fotografía, 1 mapa. Obras Completas.
Tomo X. Bilbao. 1976. pp. 263-267.
Barandiarán, José
Miguel de:
Investigaciones prehistóricas. Los dólmenes de Landarbaso.
1961 Excavaciones en Aitzbitarte IV (Trabajos de 1960) Munibe 13: 183-285
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