Cazadores de bisontes habitaron Guipúzcoa hace 30.000 años (Agencia EFE)

 

Hace más de 30.000 años un grupo de cromañones se instaló en el paraje de Landarbaso (Guipúzcoa) en el que, gracias a la caza del bisonte, sobrevivió a pesar del frío extremo.

 

Índice:

1. Localización. 1

2. Hallazgos anteriores. 1

3. Hallazgos recientes. 2 (Ag. EFE)

4. Bibliografía: 3

 

1. Localización.       inicio

 

El enclave de Landarbaso tiene forma aproximadamente triangular (2 Km de base y de altura).

 

Pertenece al término municipal de San Sebastián, ocupando su vértice más suroriental, y limitando con los municipios de Rentería y Astigarraga.

 

Mencionar la existencia al este de Landarbaso de varias cuevas que conforman el yacimiento arqueológico de Aizbitarte (cuevas de Landarbaso, Aitzbitarte o Kukuzulo). Las mismas se denominan comunmente "cuevas de Landarbaso", pero se situan claramente dentro de la jurisdicción de Rentería

 Además del interés paleontológico e histórico que tienen las cuevas, existen numerosos ejemplares de fauna cavernícola. Especies como murciélagos (Myotis myotis, Rhinolophus euriale, Rhinopophus ferrumequinum), ciempiés (Lithobius tricuspis multidens) o incluso una especie endémica de escarabajo que se ha encontrado únicamente en esta zona (Ceuthosphodrus vasconicus).

Dentro del enclave se encuentra la estación megalítica de Igoin-Akola, formada por siete dólmenes denominados Landarbaso I/VII (el Landarbaso VII fue destruido en 1988).

piedra de la antiguedad

Artikutza, Fotografia: Enekoitz Agirre

2. Hallazgos anteriores.           inicio

Los estudios realizados hasta el momento han permitido constatar que hace unos 30.000 años, en plena glaciación Würm (último período glaciar conocido, que transcurre aproximadamente entre el 100.000 y el 10.000 B.P), el casquete glaciar invadía buena parte de Europa, y las bajas temperaturas reinantes reducían el volumen de las aguas continentales aportadas a la masa oceánica, hasta el punto de que la línea de costa se encontraba a varios kilómetros mar adentro de la actual (se calcula que de unos 12 a 15 km según los puntos).

 

En el caso de la costa cantábrica los estudios realizados hasta el momento sobre la evolución de la línea de costa no permiten todavía un conocimiento muy preciso de las modificaciones operadas. La tendencia a la elevación del nivel del mar ha sido evidenciada pero no parece que se pueda caracterizar como un ascenso continuado, ya que se han constatado oscilaciones de mayor o menor amplitud (CEARRETA, EDESO, UGARTE 1992, p. 87-90).

 

Respecto al ambiente en dicha época, contamos por ejemplo con los yacimientos de las cuevas de Isturitz y Amalda, cuyos diagramas polínicos para este período han sido interpretados como indicadores de un paisaje de estepa, propio de un ambiente frío y seco que se suaviza en el paleolítico superior medio, es decir, hace unos 18.000 años (ISTURIZ, SANCHEZ 1990, p. 280).

 

Zumbadora (rombo, bramadera, "bull roarer", churinga, "tavoletta vibrante”)

Roche, Lalinde (Dordoña).

Las excavaciones efectuadas hasta el momento demuestran la existencia de presencia humana hace 27.000 años, durante la cultura del Perigordiense (Paleolítico superior). Los restos más antiguos han sido localizados en las cuevas de Aitzbitarte, donde se descubrió el primer yacimiento paleolítico conocido en el País Vasco, conservado en la Sociedad de Ciencias Aranzadi (Donostia-San Sebastián).

La gama de útiles es muy amplia y representativa de los distintos períodos que conforman el Paleolítico Superior: las raederas, denticulados, raspadores, buriles y puntas foliáceas son algunos de los más frecuentes y representativos, apareciendo con sus diversas variantes correspondientes a los distintos momentos de ocupación de estas cuevas. (ALTUNA ET ALII 1995, ficha nº 596).

A través de los restos faunísticos recuperados en las cuevas de Aitzbitarte III y IV podemos caracterizar grosso modo la dieta alimenticia de sus pobladores en lo que respecta a su componente de origen animal. Así, en todos los niveles de Aitzbitarte IV las especies mejor representadas entre los mamíferos ungulados son el ciervo y el sarrio; pero también aparecen en una proporción mucho menor los grandes bóvidos, la cabra montés, el corzo y el caballo (ALTUNA 1972, p. 161). En cambio, en Aitzbitarte III, según las informaciones publicadas hasta el momento por J. Altuna, director de la excavación todavía en curso, predominan los grandes bóvidos, bisonte y uro, siguiéndoles el ciervo y el sarrio (ARKEOIKUSKA 92, p. 187; ARKEOIKUSKA 96, p. 132).

 

3. Hallazgos recientes.    inicio

Cazadores de bisontes habitaron Guipúzcoa hace 30.000 años

Agencia EFE

 

Hace más de 30.000 años un grupo de cromañones se instaló en el paraje de Landarbaso (Guipúzcoa) en el que, gracias a la caza del bisonte, sobrevivió a pesar del frío extremo.

 

Un equipo pluridisciplinar de expertos, dirigido por el arqueólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Jesús Altuna, trata ahora de reconstruir cómo vivían estos primeros europeos que se asentaron en las cuevas de Aitzbitarte de Errenteria a partir de pequeños indicios como huesos de fauna, herramientas y vestigios de sus tareas cotidianas encontrados en este yacimiento.

Gracias a estas pequeñas pistas, un grupo de expertos internacionales de las universidades de Upsala (Suecia), Aachen (Alemania), Autónoma de Madrid, UPV, el Museo Arqueológico de Vitoria y Aranzadi han confirmado que este grupo de cazadores se enfrentó a un clima muy duro en el que los humanos convivieron con renos, zorros árticos y liebres nivales.

El fuego, como demuestran los numerosos hogares localizados en el interior de Aitzbitarte III, y seguramente las pieles de osos y bisontes fueron los principales aliados de este pequeño grupo de cazadores -no más de treinta individuos agrupados en unas pocas familias- para combatir las gélidas temperaturas reinantes.

La abundante presencia de huesos de bisontes en la cueva hace pensar a los investigadores que los cromañones de Landarbaso se especializaron en la caza de este rumiante, algo poco habitual ya que en otros yacimientos cantábricos del Paleolítico Superior las presas preferidas eran el ciervo y la cabra montesa, aunque tampoco desdeñaban los rebecos.

Los expertos creen que estos cazadores capturaban a los bisontes con trampas hacia las que empujaban a los animales asustándolos mediante gritos y el fuego, posteriormente los desollaban, descuartizaban y deshuesaban en el mismo lugar y tan sólo transportaban a la cueva la carne y las extremidades de las reses.

El hallazgo de numerosas herramientas de sílex también ha permitido rastrear la procedencia de este mineral que, al parecer, es originario de Aquitania, algo que lleva a pensar a los investigadores que algunos de los cromañones de Landarbaso llegaban hasta esta región francesa o practicaban el trueque con individuos que habían estado allí.

Además de utensilios de piedra, también se han localizado otros de hueso, como azagayas y arpones, y una herramienta muy significativa: un pequeño 'buril de Noailles' con el que se practicaban agujeros en las pieles para luego coserlas.

Este objeto tiene una gran importancia ya que permite datar el yacimiento en el Paleolítico Superior. Se trata de una pieza de las que los arqueólogos denominan 'guía' porque apareció en este momento concreto de la prehistoria y dejó de fabricarse poco después.

El yacimiento de Aitzbitarte no es rico en restos humanos, aunque sí se han localizado algunas piezas de la dentición de leche de uno o de varios niños que seguramente correteaban por la cueva, por lo que no se descarta que en un futuro puedan encontrarse otros huesos en las partes de la gruta que aún no han sido excavadas.

Todos estos datos, una vez elaborados, permitirán al equipo de Jesús Altuna realizar un completo estudio sobre la habitación humana del valle de Landarbaso en la prehistoria relacionando los hallazgos de Aitzbitarte III con los de otras cuevas de este paraje, información que el arqueólogo recogerá finalmente en una publicación.

 

4. Bibliografía:          inicio

 

Agencia EFE.

 

LOS ENCLAVES DE SAN SEBASTIÁN.  Juan Antonio SAEZ GARCIA.

 

EL BAJO URUMEA EN EPOCA PREHISTORICA Y ANTIGUA. María Teresa IZQUIERDO.

Las Cuevas de Aitzbitarte. Historia de las investigaciones. Jesús Altuna Etxabe

 

GUÍA de espacios de interés lúdico-naturalístico de Guipúzcoa. Dirección, Javier Gómez Piñeiro, Juan Antonio Sáez García ; autores: Javier Gómez Piñeiro, Juan Antonio Sáez García, Carmen Segurola Lázaro, Ana Sola Bueno, Lorena Eguizábal, Pedro Lozano, Arantza Martínez, Iñaki Altuna. - San Sebastián : Instituto Geográfico Vasco, 2000. - 222 p. : il ; 25 cm. - ISBN 84-930927-1

 

Nueva estación prehistórica en Guipúzcoa - Los dólmenes de Landarbaso, Anuario de Eusko Folklore Vitoria 1928, VIII, 155. 1 fotografía, 1 mapa. Obras Completas. Tomo X. Bilbao. 1976. pp. 263-267.

 

Barandiarán, José Miguel de: Investigaciones prehistóricas. Los dólmenes de Landarbaso.

1961 Excavaciones en Aitzbitarte IV (Trabajos de 1960) Munibe 13: 183-285

 

Donostiako Udala - Ayuntamiento de San Sebastián. Artikutza una ciudad para vivir.

 

ZUMBADORAS EN LA PREHISTORIA: Reproducción experimental. Iván Manzano y Raúl Maqueda. Cueva de Aitzbitarte IV

 

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