Británicos e irlandeses, estirpe española (07-03-2007)
Fuente:
The New York Times 06-03-2007, Ilustrac.:Tim Bower
Un nuevo libro lanza la tesis, basada en investigaciones
genéticas, de que en realidad las poblaciones británica e irlandesa tienen un
mismo origen, formado hace miles de años y sólo alterado mínimamente mediante
invasiones posteriores, como celtas, romanos, anglos, sajones, vikingos y
normandos.
Hasta ahora la teoría dominante indicaba, a grosso modo,
que los irlandeses provendrían de los celtas y los ingleses de los
anglosajones.
La evidencia genética, todavía en estudio, muestra que el
75% de los ancestros llegaron de
Todo habría comenzado pues en el Neolítico, hace 16.000
años y en
Así lo asegura Stephen Oppenheimer, especialista en
genética de la Universidad de Oxford, en su libro “The Origens of the British:
A Genetic Detective Story”, que relaciona la elevada presencia del cromosoma Y
entre los habitantes de las dos islas con esa migración primigenia.
Separación del continente.
Para Oppenheimer, la mayor herencia del ADN de británicos
e irlandeses se formó antes de la llegada de las siguientes olas de
inmigraciónes celtas, romanos, anglos, sajones, vikingos y normandos. Todos
ellos llegaron después de que subiera el nivel del mar y éste separara Irlanda
y Gran Bretaña del continente y también ambos territorios, formándose las dos
islas.
Según el estudio, esas invasiones alcanzaron en menor
medida Irlanda, por lo que el ADN de sus habitantes sólo tiene un 12% de las
aportaciones de esos nuevos pueblos. En el caso de los habitantes de Gales, los
sustratos añadidos al original suponen el 20% de la herencia genética; el 30%
en el caso de los escoceses y cerca del 40% en el de los ingleses. Ninguna de
esas sucesivas olas aportó más del 5% de herencia genética, por lo que la
estirpe dominante tanto en Irlanda como en Gran Bretaña sigue siendo el primer
pueblo llegado desde España.
Sustrato común
La tesis de Oppenheimer es discutida por algunas
investigadores, ya que parte de conclusiones no definitivas que necesitan más
comprobaciones, pero otros se han mostrado de acuerdo. Daniel G.Bradley, del
Trinity College de Dublin, comparte que irlandeses y británicos tienen un
amplio sustrato genético común. En su opinión, “una vez que tienes una
población establecida, es muy difícil que sus características genéticas cambien
radicalmente”, por lo que las aportaciones que se sucedieron desde los celtas,
llegados hace 6/4.000 años se hicieron sobre una base de ADN previa que es la
dominante entre las poblaciones de ambos países.
En ella apenas habrían incidido la conquista romana en el
siglo I, la llegada en el siglo IV de las tribus anglo-sajonas, que aportaron
unos 250.000 individuos, o la de los normandos, en el siglo XI, con 10.000
invasores. Con ello, Oppenheimer desmitifica la influencia de la herencia
anglosajona en la formación genética de los ingleses y que supone la base de su
argumentada distinción respecto de los irlandeses.
¿De donde procede la lengua que hablamos?
La historia de la población de las islas también se ha
estudiado por otro camino. Para ello se han fechado los cambios de la lengua
aplicando métodos desarrollados por los genetistas, si bien no están
generalmente aceptados por los lingüistas, que desarrollaron hace tiempo pero
rechazaron en gran parte un método de datación conocido como glotocronologia.
Los genetistas han profundizado recientemente en este campo y, han aplicado los
métodos estadísticos avanzados, desarrollados para fechar genes, a los idiomas.
En base a ello Oppenheimer y Peter Forster –genetista universidad Anglia
Ruskin- obtienen que tanto el substrato céltico, como el inglés son antiguos,
hablados en Inglaterra antes de la invasión romana. La lengua inglesa se asume
generalmente que se extendió en Inglaterra procedente de los anglos y los
sajones, hace 1.550 años. Otro dato que abonaría la antigüedad de la lengua
inglesa sería la ausencia de topónimos célticos en Inglaterra.