LOS ESPELEOTEMAS FREÁTICOS EN MALLORCA (Resumen
Boletín nº 3 SEDECK Sociedad Española de Espeleología y Ciencias del
Karst).
Los espeleotemas freáticos no son
sino engrosamientos que presentan las paredes y las estalactitas y estalagmitas
de las cuevas litorales cársticas. Con una particularidad esencial: estos
engrosamientos formados por concreción de calcita y/o aragonita sólo se
forman en relación a la superficie del lago subterráneo. Como los lagos que
contienen las cuevas litorales se encuentran al mismo nivel que el mar abierto,
es obvio deducir que cada espeleotema corresponde a una situación concreta del
nivel del mar.
Para que se forme un espeleotema
freático es necesaria cierta estabilización del nivel del mar. Los
investigadores han calculado que la amplitud mínima necesaria para formarse un
espeleotema se encuentra entre los mil y los dos mil años, por lo que las
variaciones del nivel del mar en tiempos inferiores a esta cuantía no quedan
reflejadas. (El deshielo de
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(Antón Uriarte. Historia
del Clima de |
Inestabilidad
climática durante |
Las dataciones se han efectuado por carbono 14 y sobre todo por el método del Uranio/Torio (U/Th), que para este tipo de materiales carbonatados es capaz de arrojar resultados de gran precisión.
Una de las ventajas del análisis de los
espeleotemas es que permite localizar y datar rastros de niveles del mar
situados por debajo de la actual cota de superficie.
Los espeleotemas estudiados de las cuevas costeras de Mallorca
han confirmado niveles de más de
La curva de oscilaciones para el
periodo 350.000 años hasta el presente muestran que el nivel
del mar, para una época cálida como la actual, es inesperadamente inestable,
pues presenta variaciones de alrededor de veinte metros y que la velocidad
de ascenso y descenso del mar se situaría en torno a los
Haciendo referencia a los espeleotemas
freáticos correspondientes a los picos transgresivos, ha sido posible realizar
análisis de isótopos estables del Oxígeno (d18O) y del Carbono (d13C). Los
datos analíticos obtenidos, a partir de las bandas de crecimiento de muestras
pertenecientes al último interglaciar, ponen de manifiesto una evolución hacia
composiciones isotópicas pesadas a lo largo de los subestadios de signo cálido
5a y 5e. La citada tendencia es interpretada (VESICA et al., 2000) como el resultado
de una mayor intrusión marina en el sistema geoquímico, asociada a condiciones
climáticas de aridez creciente. Esta inferencia paleoclimática cuestionaría
la asunción habitual que relaciona (en nuestro entorno geográfico –Mallorca-)
los momentos interglaciares con acontecimientos de signo marcadamente húmedo.